Mi dulce Nerón, alimaña bebe, dorado embrión de muralla china,
e s p i g a ¿qué haces despierto a estas horas, en qué subgénero de tiempo te arrastras?
El ordinario parloteo de los esclavos
ha logrado extraerte
del rijoso sueño apenas comprensible por tu pueril mente.
del rijoso sueño apenas comprensible por tu pueril mente.
Vuelve a ellos, semilla de rey, duerme otra vez
envuelto en seda
bebe de láudano en vaso
un sólo vaso que estrague tu dolor.
un sólo vaso que estrague tu dolor.
Mi dictador de pies planos,
rojizo enano,
no llames a tu madre.
Divirtiéndose está en la sala de juegos junto a cuatro viejos generales
Su hiena carcajada, el rumor de su éxtasis, no te pertenece.
Fantasmas no son. En palacio no se muere, mi Nerón.
II
maneja la espada.
No hay objeto más dócil en sus garras,
ésta recibe el electroshock vital de sus falanges.
ésta recibe el electroshock vital de sus falanges.
Su Padre, el amo nuestro, le ha enseñado.
Él mismo le dijo:
Ves, hijo, hay objetos que la muerte ha ideado.
Hunde el filo en el pecho y brotará el gas del alma
que no te importe. El dolor ha de purificarlos.
Obsenato renuncia a la vergüenza,
degüella ancianos, lanza niños desde lo alto de su yo.
Su madre lo mira con ternura, ya es todo un hombre:
“embriáguenlo y cuando no pueda hilvanar ideas coherentes
mándelo a mi habitación”
Así sucede.
degüella ancianos, lanza niños desde lo alto de su yo.
Su madre lo mira con ternura, ya es todo un hombre:
“embriáguenlo y cuando no pueda hilvanar ideas coherentes
mándelo a mi habitación”
Así sucede.
La reina devora la fruitiva pulpa del inconsciente.
Por todo el reino se coligen los chismes.
Ya es un hombre, un hombre magro, afirma la ensalada de voces.
Y el hombre despierta abotagado de resaca.
Voz de mujer sagaz y dulce le dice que la noche lo ha trasformado
y que está listo para fecundar,
que es fértil
-por el sabor del esperma ella lo sabe-
Tendrás tu propia humanidad con ese falo y ese germen.
Sólo busca un vientre coyote, una cernícala hembra que no envenene
tu gélido bulbo.
Por todo el reino se coligen los chismes.
Ya es un hombre, un hombre magro, afirma la ensalada de voces.
Y el hombre despierta abotagado de resaca.
Voz de mujer sagaz y dulce le dice que la noche lo ha trasformado
y que está listo para fecundar,
que es fértil
Tendrás tu propia humanidad con ese falo y ese germen.
Sólo busca un vientre coyote, una cernícala hembra que no envenene
tu gélido bulbo.
Obsenato es despertado un vez más.
Los sueños lo expulsan de sus cavidades.
Lo irreal no es para él.
Él, arte.
Él res/inspiración.
Los sueños lo expulsan de sus cavidades.
Lo irreal no es para él.
Deja al poeta mentir, al músico gozar, al actor imitar.
Él, arte.
Él, aire.
Él res/inspiración.
Él tiene orejas sólo para él.
Las hieródulas le susurran telepáticamente: “Es hora, despierta”
“Mucho ha costado, poco fácil ha sido
pero aquí están, como quisiste
trece vírgenes maniatadas.
Para ti y para los tuyos, esos artistas epifitos”
Obsenato, bálano de fuego, patrocinador de placer,
obliterador de culpa, se eleva sobre sus piernas y grita:
obliterador de culpa, se eleva sobre sus piernas y grita:
Que todos nieguen esta noche porque será imposible olvidarla,
aplasten al insecto culpa,
aplasten al insecto culpa,
la sobredosis de endorfina está cerca.
Deléitense, abusen.
Lo tienen todo, yo mismo se los doy.
Por aquí, el buffet de vírgenes, hagan lo que la bestia pida.
Lo tienen todo, yo mismo se los doy.
Por aquí, el buffet de vírgenes, hagan lo que la bestia pida.
Por allá, la química depravada, hagan lo que la inconciencia ordene.
Los manjares exóticos, el arte prostituto.
Hagan lo que hagan,
háganlo por mí
que esta noche me elevo, que esta noche resuelvo
el enigma de la existencia.
Los manjares exóticos, el arte prostituto.
Hagan lo que hagan,
háganlo por mí
que esta noche me elevo, que esta noche resuelvo
el enigma de la existencia.
Bullen los cómplices. Gritan: ¡bravo, rey!
Alzan los brazos, van a las vírgenes,
inhalan agachados, fuman, beben y ríen;
comen despacio, devuelven lo lento, comen gustando, defecan y siguen comiendo.
Ilimitado, suprarreal paroxismo.
Y, sin embargo, sólo un hombre queda quieto
ese hombre apresura la cicuta a su boca
y un minuto después se acomoda en la litera
a morir.
ese hombre apresura la cicuta a su boca
y un minuto después se acomoda en la litera
a morir.
Poema del Libro "Ceros y Cruces". Leido en: La casa voldadora, el palacio de bellas artes, la universidad católica y la sala saccsayhuaman de la municipalidad.
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